Himno nacional mexicano ¿gringo?

El Himno Nacional es una obra originalmente mexicana, pero el titular de los derechos de autor es la compañía Wagner y Lieven en Estados Unidos.
¿Porqué?
Cuando se hizo el concurso para la composición del Himno Nacional, se ofreció un premio a los ganadores, mismo que el gobierno mexicano nunca entregó; entonces ni Bocanegra ni Nunó cobraron lo que se habían ganado. Mucho tiempo después se buscó a los herederos para darles el premio. Y nadie se dio cuenta de que, aparte del concurso, estaban subyacentes los derechos de autor.
Los herederos los vendieron a esa prestigiosa empresa estadunidense. Manuel Avila Camacho expropió los derechos, pero el presidente Avila Camacho no tenía jurisdicción fuera del país (México).
Así que la historia, aunque parezca absurda, refleja la actualidad: cada vez que se toca fuera de México el Himno Nacional, se deben pagar regalías a los titulares de los derechos: la Wagner Lieven en Estados Unidos.
Nota periodística:
"...Ninguno de los gobiernos ha hecho caso a la propuesta de Larrea Richerand, quien cuenta que todo empezó como una historia absurda.
Un día llegó el propietario de los derechos a la embajada de México en Washington con el descaro de querer cobrar regalías por el uso del Himno en actividades cívicas. Y si analizas el régimen jurídico, pues él tiene los derechos de los arreglos que hizo.
Ese señor se llama Henneman Harry, con número de registro internacional de autor CAE 99999960. Así que la Broadcasting Music Incorporated (BMI), sociedad recaudadora de derechos de ejecución pública en EU, tiene el Himno Nacional Mexicano firmado en "co-autoría de Henneman Harry y Nunó Jaime". Puesto que Nunó murió en 1908, Henneman es quien cobra regalías.
Sin embargo, Adolfo Montoya Jarkín, director del Instituto Nacional del Derecho de Autor de la SEP, niega este hecho. "Lo que pasó es que los descendientes de Nunó vendieron los derechos de la música pero no de la letra".
Como sea, Larrea Richerand exhibe la prueba de un documento expedido por BMI, donde la editora estadounidense reconoce que Henneman cobró 14 dólares en regalías de 1996 a 1999..